2010-08-14

Dale mis restos a la cobra.

El lugar que piso,
ramas y pasto quemado concluyen
en un descuido, y del bosque,
la serpiente del árbol,
me aconseja, como sedujo a otros ciervos
devorando de a trozos sus deseos.

Eso me pregunta agitando su lengua viperina,
oliéndome, mi sabor, se arrima,
linda influencia sangre fría,
cuerpo arrugado sin vergüenza ,
oveja negra sin familia.

No soy un genio,
mas la labia no influye,
del agujero nace el hueco,
se cierra el abismo abrazando los huesos
otra victima da mano al esfuerzo,
la cobra me muerde, se disuelven los dedos,
gracias por salvarme, recibo la gratitud,
es el mismo veneno, no duermas.
De una u otra manera, el dolor muta,
lentamente me quedo a ciegas.

Tira mi cuerpo a las cobras te lo ruego.

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